Julio 2023 / INVESTMENT INSIGHTS
De la crisis a la confianza: los bancos españoles, listos para destacar
Las lecciones de la crisis financiera mundial han dejado un sector bancario más fuerte en Europa, con España como gran ejemplo.
Si creíamos que la inestabilidad en el sector financiero y los bancos con problemas ya no eran motivo de preocupación, a principios de año nos esperaba un brusco despertar. Los bancos regionales de EE. UU., junto con el gigante suizo Credit Suisse, atravesaron dificultades. Afortunadamente, las rápidas medidas adoptadas por los bancos centrales y los políticos evitaron que estos problemas se extendieran a los grandes bancos estadounidenses y europeos.
Esto puede deberse en parte a las lecciones aprendidas de la crisis financiera mundial, que afectó gravemente a los bancos europeos. Actualmente, el sector bancario es resistente y se beneficia de dos factores de impulso: la regulación y la consolidación del mercado.
Las reformas normativas a escala europea, especialmente Basilea III, han sido cruciales para mejorar la estabilidad financiera de los bancos europeos. Estas reformas sirvieron para mitigar los riesgos para el sector bancario, prevalentes en ciclos económicos anteriores.
Uno de los países en los que esto resulta evidente es España. Si observamos con lupa el sector bancario español, vemos las cualidades de un sector bancario más estable.
La consolidación como factor clave
Los mercados bancarios muy concentrados con estructuras de mercado sólidas suelen mostrar una mayor estabilidad y tener entidades más rentables. España es un ejemplo de éxito en la consolidación del mercado tras la crisis financiera mundial.
El sector bancario español vivió una importante reestructuración, pasando de ser un mercado muy fragmentado a otro en el que cinco bancos controlan hoy el 67% de los préstamos a particulares y más del 80% del mercado de depósitos.
Desde 2008, el número de entidades de crédito en España ha disminuido a la mitad, lo que indica una importante consolidación del mercado, solo superada por los Países Bajos y Chipre, que son los dos países con mayor nivel de consolidación de Europa.
Perfil de riesgo
El nivel de riesgo que tienen los bancos en sus balances es fundamental a la hora de determinar su capacidad de resistencia durante los ciclos económicos. En España, el sector bancario estaba muy expuesto a los préstamos inmobiliarios y a los promotores que condujeron a la crisis financiera mundial, y el apalancamiento en España alcanzó el 170% del PIB. Este porcentaje era muy superior a la media de la zona euro, de poco más del 100%.
Desde entonces, España ha reducido su deuda. Actualmente, el nivel de deuda en España es del 93% del PIB, en sintonía con la media de otros países europeos. Si se compara Suecia, el Reino Unido y Francia, podemos ver que el nivel de apalancamiento actual de España es muy inferior. En Suecia, el apalancamiento es del 203% del PIB, mientras que el Reino Unido tiene un 148% del PIB y Francia se sitúa en el 124% del PIB.
Mayor flexibilidad financiera
La flexibilidad financiera no viene determinada únicamente por los riesgos que asume un banco, sino también por si recibe una remuneración justa por esos riesgos y posee la capacidad de generar ingresos para asumir pérdidas a lo largo de los ciclos de crédito.
La flexibilidad financiera de un sector bancario puede medirse mediante la solidez de los ingresos, la eficiencia de los costes y la absorción de los riesgos de crédito. En este sentido, el sector bancario español muestra un comportamiento positivo.
Los bancos españoles están muy orientados a la subida de los tipos, pues el 70% de las viviendas tienen un tipo de interés variable. Esto ha mejorado de forma positiva los ingresos de los bancos españoles, ya que los tipos de interés han subido y seguirán subiendo. Otro aspecto positivo es la relación entre préstamos y depósitos, que ha disminuido del 120% en 2010 al 94% actual, lo que permite una mayor flexibilidad a la hora de repercutir los costes de financiación.
Comparado con los principales países europeos, las estructuras de costes de los bancos españoles se han mantenido estables, con un ratio medio de eficiencia del 51%, frente al 69% de los bancos franceses, el 74% de los alemanes y el 48% de los suecos, líderes en este sentido.
La gran eficiencia de costes y la solidez de los ingresos aumentan la capacidad de asumir mayores riesgos. Los bancos españoles también obtienen buenos resultados en comparación con otros países europeos importantes en cuanto a generación de capital antes de provisiones, actualmente del 3,38%, frente al 2,4% de Francia, y se acerca mucho al 3,5% de Suecia.
España muestra el camino hacia la estabilidad financiera
Los recientes desafíos a los que han hecho frente los bancos regionales de EE. UU. y Credit Suisse nos recuerdan la importancia de un sector financiero estable. Afortunadamente, las lecciones de la crisis financiera mundial han dejado un sector bancario más fuerte en Europa, con España como gran ejemplo.
La evolución positiva en España se debe a la consolidación y los esfuerzos por reducir los niveles de deuda y mejorar la flexibilidad financiera. Esto ha situado a los bancos españoles en una posición más favorable comparado con sus homólogos europeos. Los bancos españoles merecen, y con razón, ser reconocidos por sus logros.
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