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Septiembre 2023 / INVESTMENT INSIGHTS

Razones para una asignación estratégica a bonos high yield

Las características híbridas ofrecen un atractivo perfil rentabilidad/riesgo

Puntos clave

  • En nuestra opinión, los bonos high yield desempeñan un rol clave como inversión estratégica a largo plazo y asignación central en una cartera bien diversificada.
  • Los bonos high yield tienen un atractivo perfil de rentabilidad/riesgo, exhibiendo rentabilidades históricas similares a la renta variable, pero con una volatilidad mucha menor que las acciones.
  • Los inversores han reconocido gran parte del valor del high yield, al haber mantenido una asignación a largo plazo y aprovechado los pagos periódicos de cupones.

En nuestra opinión, los bonos high yield (HY) desempeñan un rol como inversión estratégica a largo plazo y asignación central en una cartera bien diversificada. Históricamente, los bonos high yield han generado rentabilidades similares a las de la renta variable con menos volatilidad. Los inversores han reconocido gran parte del valor del high yield en el tiempo, manteniendo una asignación a largo plazo y aprovechando el potencial efecto multiplicador de los pagos periódicos de cupones.

La dinámica rentabilidad/riesgo de los bonos high yield

Los bonos high yield suelen ser emitidos por empresas con un rating inferior a la categoría investment grade de una o varias de las tres principales agencias de calificación crediticia. Debido a su menor calificación crediticia, los inversores suelen recibir rendimientos más elevados en bonos con rating inferior al investment grade a cambio de un mayor riesgo de impago. Esta dinámica de rentabilidad/riesgo también se expresa a través de los diferenciales de crédito de los bonos high yield, o sus rendimientos incrementales sobre los bonos del Tesoro estadounidense (UST) con vencimientos similares, que se perciben con un riesgo de impago cercano a cero. Normalmente, los diferenciales más amplios indican un mayor riesgo percibido.

Clase de activos híbrida

Los bonos high yield se consideran a menudo una clase de activos híbridos porque tienden a presentar características tanto de la renta fija como de la renta variable. Al igual que la mayoría de los demás valores de renta fija, los bonos high yield ofrecen un flujo constante de ingresos en forma de pagos de cupones, que fueron del 7,27% en promedio durante el periodo de 20 años finalizado el 31 de agosto de 2023.1

Sin embargo, los bonos high yield tienden a ser más parecidos a la renta variable en su comportamiento, dado que el riesgo de crédito (impago) es el primordial riesgo asociado a la inversión en esta clase de activos. Así, a diferencia de la mayoría de los instrumentos de renta fija tradicionales, cuyo rendimiento está estrechamente ligado a las variaciones de los tipos de interés, el rendimiento de los bonos high yield tiende a estar mucho más vinculado a los resultados empresariales y a los fundamentales de las empresas que los emiten.

Posicionamiento en una cartera diversificada

Dada su naturaleza híbrida, los bonos high yield tienen un perfil de rentabilidad/riesgo atractivo y único, exhibiendo rentabilidades históricas similares a la renta variable, pero con menor volatilidad que las acciones. Por lo tanto, pueden considerarse como parte de una asignación global de renta fija o como un posible sustituto de la renta variable. Para los inversores en renta fija, los bonos high yield ofrecen la posibilidad de obtener rendimientos más altos y una rentabilidad mayor, añadiendo al mismo tiempo una importante diversificación con respecto a las inversiones tradicionales en renta fija.2 Para los inversores en renta variable, en particular los más adversos al riesgo, los bonos high yield pueden ofrecer rentabilidades similares con una volatilidad y un potencial de pérdidas menores que las acciones.

Los ingresos como fuente clave de rentabilidad

A la hora de invertir, la mayoría de los gestores de carteras de bonos high yield se centran en las oportunidades tanto de ingresos como de revalorización de los títulos. Ahora bien, un análisis de las fuentes históricas de rentabilidad muestra que, a diferencia de las acciones, los bonos high yield han obtenido normalmente la mayor parte de su rentabilidad total a largo plazo de los ingresos y no de la revalorización del capital.

Sus pagos de cupones relativamente altos y generalmente constantes son una razón clave por la que los bonos high yield han mostrado históricamente una volatilidad más baja que las acciones. Dado que su rentabilidad a largo plazo han tendido a estar principalmente basada en los ingresos, conviene pensar en los bonos high yield como una inversión estratégica a largo plazo, ya que el efecto multiplicador de estos pagos periódicos de cupones puede ser significativo a largo plazo.

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