Agosto 2024 / INVESTMENT INSIGHTS
Por qué la política fiscal estadounidense importará aún más después de las elecciones
El próximo presidente de EE. UU. se enfrenta a un importante precipicio fiscal en sus primeros 12 meses de mandato
Puntos clave
- La expiración de la Ley de Recortes y Empleos Fiscales de 2017 a finales de 2025 significa que el próximo presidente se enfrentará a un importante precipicio fiscal.
- Las elecciones determinarán cómo se abordará este precipicio fiscal. El control de la Cámara de Representantes y el Senado son consideraciones clave, al igual que la dinámica dentro de cada partido.
- Los inversores deben comprender la gama de posibles resultados, por no hablar de lo complicado que podría ser el proceso.
El ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, ya sea la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump, tendrá que hacer frente a un importante precipicio fiscal en los primeros 12 meses de su segundo mandato.
Las disposiciones clave de la Ley de Recortes y Empleos Fiscales (TCJA, por sus siglas en inglés) de 2017, aprobada durante la primera presidencia de Trump, expiran a finales de 2025.
Quién esté en la Casa Blanca y la composición del Congreso determinarán cualquier acuerdo fiscal de manera importante, por lo que es importante entender las prioridades de cada candidato.
Sin embargo, los inversores también deben comprender la incertidumbre y la gama de posibles resultados en estos escenarios, por no mencionar lo complicado que podría ser el proceso.
Qué está en juego y por qué importan las elecciones
La prórroga de los tipos impositivos marginales más bajos de la TCJA para las personas físicas y de las exenciones fiscales que expiran para las empresas podría añadir más de 3,5 billones de dólares al déficit primario del Gobierno federal durante la próxima década1.
La inacción, por otra parte, podría dar lugar a una de las mayores subidas de impuestos nominales de la historia de Estados Unidos, lo que podría lastrar el gasto de los consumidores y las empresas.
Aunque la agenda del presidente marcará el debate y el resultado legislativo, el equilibrio de poder en el Senado y la Cámara de Representantes influirá significativamente en los detalles de cualquier acuerdo fiscal.
- Cuando el partido del presidente controla ambas cámaras del Congreso, suelen aumentar las posibilidades de aprobar leyes importantes.
- En cambio, un gobierno dividido suele reducir las posibilidades de cambio, ya que obliga a los legisladores de ambos partidos a llegar a acuerdos.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que lo que cualquiera de los candidatos diga en campaña puede diferir mucho de lo que sea capaz de conseguir legislativamente, incluso si el partido del próximo presidente consigue también la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
Como hemos visto con los demócratas y los republicanos en los últimos años, los acuerdos intrapartidistas sobre cuestiones complejas tampoco son un hecho. Esta falta de cohesión interna del partido sería aún más importante si las mayorías partidistas en la Cámara de Representantes y el Senado son escasas.
Posibles prioridades fiscales en caso de victoria republicana
Trump ha indicado que trataría de hacer permanentes las exenciones fiscales que expiran para particulares y empresas, apuntalando una pieza legislativa emblemática de su primera administración presidencial.
El presunto candidato presidencial republicano también ha subrayado su apoyo a recortes adicionales del impuesto de sociedades, posiblemente hasta un 15%.
Impulsar esta medida podría resultar complicado. Incluso con una victoria de Trump y un Congreso controlado por los republicanos, el presidente en su segundo mandato podría verse presionado para encontrar formas de ayudar a pagar la continuación de las rebajas fiscales de 2017.
La presión para aumentar los ingresos arancelarios y los esfuerzos para frenar el gasto en créditos fiscales para vehículos eléctricos y otras subvenciones a las energías limpias podrían proporcionar cierta cobertura narrativa.
Sin embargo, la medida en que el Congreso adopte más recortes fiscales o presione para compensar más aumentos de ingresos o recortes de gastos es una fuente de incertidumbre que podría crear riesgos políticos en cadena.
Prioridades fiscales en caso de victoria demócrata
Harris presumiblemente perseguiría prioridades políticas similares a las establecidas por el presidente Biden.
Preservar algunos de los recortes fiscales de la TCJA promulgada por la primera administración Trump probablemente estaría en la agenda.
Presionar para ampliar el crédito fiscal por hijos también podría estar en la lista de deseos de Harris. Eso ayudaría a impulsar la economía al poner más dinero en los bolsillos de las personas con propensión a gastar.
El plan del presidente en funciones también incluye elementos significativos de generación de ingresos en el otro lado del libro mayor.
Por lo que ha dicho Biden durante la campaña, las personas que ganen 400.000 dólares o más al año (450.000 dólares en el caso de los declarantes conjuntos) verían cómo el tipo del impuesto sobre la renta se elevaría a los niveles anteriores a la TCJA.
Un segundo gobierno de Biden también presionaría para elevar el tipo del impuesto de sociedades del 21% establecido por la TCJA -probablemente al nivel del 28% en el presupuesto propuesto por el presidente para el año fiscal 2025-.
La subida del impuesto de sociedades requeriría la intervención del Congreso. Eso solo estaría sobre la mesa para Biden si los demócratas también controlaran ambas cámaras del Congreso.
Un gobierno dividido trae el ruido
Un escenario en el que el partido que gane la Casa Blanca no se asegure las mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado requeriría un compromiso entre legisladores republicanos y demócratas, y el presidente utilizaría su cargo para dar forma al debate fiscal.
El proceso también sería increíblemente ruidoso, y las tensiones en torno a la ampliación del techo de la deuda serían cada vez más probables.
Pero el entorno político y la complejidad de las negociaciones podrían llevar al Congreso a tomar el camino más fácil y prorrogar la mayoría de las disposiciones de la TCJA que expiran por un período más corto.
Al mismo tiempo, los inversores no deberían pasar por alto la posibilidad de que los mercados financieros consideren negativamente la disfunción del Gobierno a la hora de abordar este precipicio fiscal si el proceso llegara hasta el final.
Lo que vendrá después
Prestaré especial atención a la dinámica interna de los partidos y a factores ajenos a la política, como el mercado de bonos, que podrían influir en el debate sobre la política fiscal.
El abanico de resultados es amplio. Sin embargo, veo menos probable que se produzca un alejamiento del gasto deficitario.
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Julio 2024 / INVESTMENT INSIGHTS