Septiembre 2024 -
Los inversores se enfrentan actualmente a una serie de retos económicos y de mercado, como la desaceleración económica, la incertidumbre electoral y el aumento de los riesgos geopolíticos. Se espera que estas corrientes cruzadas aviven la volatilidad en las próximas semanas y meses, pero la buena noticia es que los inversores pueden encontrar cierta estabilidad en los bonos corporativos investment grade europeos. Tanto la duración como los componentes del diferencial de crédito pueden compensarse mutuamente en un escenario de aversión al riesgo. Creemos que esta característica defensiva, junto con el atractivo potencial de rentabilidad, convierte esta clase de activos en una opción de inversión atractiva en este incierto entorno de mercado.
Creemos que los componentes de duración y diferencial de crédito de los bonos corporativos investment grade europeos son lo mejor de ambos mundos. En los buenos tiempos, cuando la economía crece y los diferenciales de crédito se reducen, la clase de activos suele obtener buenos resultados gracias al elemento de crédito. Por el contrario, cuando los tiempos son más difíciles y la economía se debilita, el componente de duración puede entrar en acción como amortiguador para ayudar a compensar una ampliación de los diferenciales de crédito.
Un buen ejemplo lo vimos a principios de agosto, cuando los temores de recesión propiciaron una caída del mercado. Sí, los diferenciales de crédito se ampliaron, pero esto se equilibró con la caída de los rendimientos de la deuda pública, lo que ayudó a estabilizar las rentabilidades en general. Esto demuestra capacidad de resistencia y creemos que es una ventaja muy poderosa, especialmente dado el número de acontecimientos de riesgo en el horizonte que podrían avivar la volatilidad.
Una cualidad que a menudo se pasa por alto en los mercados europeos de bonos corporativos es la diversidad de esta clase de activos. Abarca 18 sectores y casi 900 empresas de más de 25 países, incluidos aquellos de fuera de Europa que emiten bonos en euros, como EE. UU., el Reino Unido y Japón. Es enorme, con el potencial de diversificar las oportunidades, así como de actuar como un posible colchón de rendimiento en momentos de incertidumbre. Un aspecto interesante de las elecciones francesas fue que el contagio a los bonos corporativos se mantuvo bastante contenido en los bancos franceses. Esta capacidad para amortiguar el riesgo político es alentadora y probablemente seguirá siendo importante, ya que la situación en Francia sigue siendo incierta y existe un creciente malestar por la financiación de los grandes déficits fiscales en Europa.
Aparte de los riesgos políticos, el entorno macroeconómico parece que será difícil durante el resto de 2024. Es probable que las publicaciones de datos sean objeto de escrutinio, y cualquier fallo podría avivar los temores de recesión y la volatilidad en los mercados. Pero los bonos corporativos europeos están respaldados por su alta calidad crediticia. A fin de agosto de 2024, la calidad crediticia media del índice de referencia era A-,1 superior a la calificación de algunos países de la zona euro.
Además, un aspecto clave del mercado es su perfil de duración, que ronda los 4,4 años de media.2Esto significa que existe la posibilidad de que los bonos corporativos investment grade europeos se beneficien si los datos económicos empeoran y eso conduce a más rebajas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. Como mínimo, el componente de duración podría ayudar a actuar como amortiguador en caso de aversión al riesgo que dé lugar a una ampliación de los diferenciales de crédito.
A pesar de la reciente caída de los rendimientos, los bonos corporativos europeos siguen ofreciendo a los inversores una oportunidad potencialmente atractiva de generar rentas a largo plazo. A fin de agosto de 2024, el rendimiento medio que ofrecían los bonos investment grade europeos rondaba el 3,46%, muy por encima del nivel medio del 1,55% observado en la última década.3 En conjunto, creemos que los bonos corporativos europeos ofrecen a los inversores un buen equilibrio entre rentas atractivas y estabilidad de la cartera. Pero una gestión activa y una hábil selección de valores impulsada por un profundo análisis fundamental son imprescindibles en el actual clima de riesgos macroeconómicos y políticos.
David Stanley es portfolio manager, responsable de la selección de bonos corporativos europeos, en la división Fixed Income.
1 Bloomberg Euro‑Aggregate: Corporate Bond Index. Fuente: Bloomberg Finance L.P.
2 A 31 de agosto de 2024. Duración media ponderada del Bloomberg Euro-Aggregate: Corporate Bond Index. Fuente: Bloomberg Finance L.P.
3 A 31 de agosto de 2024. Yield to Worst del Bloomberg Euro-Aggregate: Corporate Bond Index. Fuente: Bloomberg Finance L.P.
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