Junio 2024 / INVESTMENT INSIGHTS
Evaluación de las posibles repercusiones en la sanidad estadounidense en un año electoral
Cuestiones clave de la sanidad estadounidense seguirán siendo uno de los principales focos de atención del próximo presidente de EE.UU.
Puntos clave
- Aunque históricamente la sanidad ha sido uno de los temas políticos más candentes en vísperas de las elecciones presidenciales estadounidenses, los debates de esta campaña han sido más moderados.
- Tal vez la mayor cuestión en juego esté relacionada con el futuro de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, también conocida como Obamacare, con repercusiones potencialmente binarias en función del resultado de las elecciones.
- Los dos principales candidatos han expresado su preocupación por la galopante inflación de los costes sanitarios, y cada uno parece comprometido a reducir el elevado coste de los medicamentos con receta.
La campaña para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024 se ha caracterizado por la ausencia de grandes temas o políticas por parte de los principales candidatos. La sanidad, por ejemplo, ha sido históricamente una de las patatas más calientes de la política durante los años electorales, dado el alcance de un cambio impactante, pero ha tenido mucho menos protagonismo en la campaña de cualquiera de los candidatos en este ciclo electoral. Este enfoque discreto ha sido menos perturbador para el sector sanitario que en recientes campañas electorales, un hecho que se refleja debidamente en los mercados, con el sector registrando rendimientos positivos en 2024 hasta la fecha, aunque por detrás del repunte del mercado de renta variable en general.
A modo de comparación, en los últimos años electorales el sector sanitario ha tenido un comportamiento irregular, con rendimientos anuales negativos y positivos en diferentes años electorales (Fig. 1). Esta trayectoria errática tiene mucho que ver con el protagonismo que ha tenido la sanidad en cada campaña electoral y con la importancia que han tenido los cambios propuestos en el sistema sanitario estadounidense en el periodo previo a cada elección. Solo hay que remontarse a la campaña electoral de 2019-2020, cuando los candidatos demócratas propusieron un cambio a gran escala en forma de «Medicare para todos», un sistema sanitario de pagador único, para comprender el papel fundamental que puede desempeñar la sanidad en una campaña electoral.
La rentabilidad de la sanidad ha sido desigual en años electorales
(Fig. 1) Rentabilidad relativa anual en años electorales en EE.UU. (sector sanitario del S&P frente al S&P 500)
Dado que la sanidad no es uno de los temas centrales de la campaña electoral de ninguno de los candidatos en 2024, es probable que el mayor impacto en el sector venga del candidato que finalmente gane y de lo que esto pueda significar para cuestiones sanitarias clave. En este documento, profundizamos en algunas de estas polémicas áreas sanitarias y consideramos las posibles repercusiones en función de quién resulte elegido en noviembre.
La atención sanitaria gestionada en EE.UU. podría sufrir impactos binarios
Una de las áreas más divisivas -y decisivas- de la sanidad estadounidense es el sector de la asistencia sanitaria gestionada, donde la ideología ve a cada candidato diametralmente opuesto en su visión y enfoque de la prestación de asistencia sanitaria a la población estadounidense.
Si profundizamos en el amplio panorama de la asistencia sanitaria gestionada, observamos cuatro temas clave que probablemente serán áreas centrales de atención para ambos candidatos, pero que podrían tener repercusiones muy diferentes, dependiendo de quién sea elegido finalmente próximo presidente de EE.UU.. A continuación analizamos cada uno de ellos, desde ambos puntos de vista políticos.
El gasto sanitario seguirá aumentando, pero los beneficiarios serán distintos
Sea quien sea el próximo presidente de EE.UU. en noviembre, prevemos que el gasto sanitario siga aumentando bajo la administración de Biden o de Trump. Aunque ambos candidatos han expresado su deseo de reducir la inflación médica y, en concreto, de frenar los elevados precios de los medicamentos, el gasto total seguirá aumentando debido a la demanda de los pacientes, el envejecimiento de la población y el coste de los servicios médicos y la innovación. En caso de que gane el Presidente Biden, esperamos que el gasto sanitario total aumente y que el gasto público supere al privado. Un primer puerto presupuestario de escala para una nueva administración Biden es probable que sea una extensión de los subsidios ACA ampliados. Por el contrario, si el presidente Trump es reelegido, prevemos que actuará para reducir o eliminar los subsidios federales ampliados, así como para reducir la financiación de varios programas de salud, incluido Medicaid. Si bien es poco probable que cualquier intento de anular por completo el Obamacare tenga éxito, el debilitamiento de la ACA podría, en última instancia, traducirse en un aumento de los costes y una reducción de la cobertura para los estadounidenses de menores ingresos. En caso de victoria de Trump, anticiparíamos un aumento del gasto sanitario privado, a expensas de los programas públicos, mientras que las compañías farmacéuticas también podrían salir beneficiadas, en caso de que una nueva administración Trump revocara la potestad de Medicare para negociar directamente los precios de los medicamentos.
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