Febrero 2023 / INVESTMENT INSIGHTS
Lo que necesitan saber los inversores sobre el techo de deuda de Estados Unidos
El impasse en el aumento del techo de deuda podría provocar turbulencias en los mercados.
Desde 1960, el Congreso de Estados Unidos ha tomado medidas para elevar el límite de deuda, suspenderlo temporalmente o revisar su definición en 78 ocasiones.1
Dadas las repercusiones potenciales, el no elevar el techo de deuda no debería ser una opción. Sin embargo, este año, el proceso para llegar a un acuerdo podría agitar los mercados, como sucedió en 2011, cuando el tira y afloja político sobre el aumento del techo de deuda llevó a una agencia de calificación crediticia a rebajar la nota de los títulos de deuda pública de Estados Unidos (UST).
Veamos por qué el debate sobre el techo de la deuda de este año podría ser especialmente polémico y examinemos las posibles consecuencias para los inversores.
Todo parece abocar a un escenario de fuerte confrontación política
Al igual que en 2011, estamos en un punto muerto.
Ahora que los Republicanos controlan la Cámara de Representantes, algunos se han manifestado a favor de utilizar el límite de deuda para promover sus objetivos de recortar el gasto público y reducir la deuda nacional.
Por su parte, los Demócratas han dicho que no negociarán las partidas de gasto ya aprobadas por el Congreso.
Dos factores podrían intensificar el tira y afloja político y llevar las negociaciones a extremos no deseados.
1. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (del bloque republicano de California), necesitó hasta 15 votaciones y compromisos importantes para hacerse con el cargo, lo que pone de relieve lo arduo que podría resultarle mantener la unidad de su grupo político. Este duro y dilatado proceso de nombramiento del presidente de la Cámara apunta a que el debate sobre el techo de la deuda podría revelarse especialmente polémico. Y McCarthy habría perdido influencia al acceder a cambios en el reglamento de la cámara que han rebajado el umbral de votos para promover su destitución.
2. Dado que al final el Congreso ha elevado el techo de deuda en tantas ocasiones en el pasado —incluso cuando el proceso avanzó a trompicones por las disputas políticas— los inversores podrían haberse vuelto excesivamente confiados. Si los mercados se muestran indiferentes ante el estancamiento del Congreso, algunos legisladores podrían atreverse a promover aún más su causa hasta el borde de la crisis. De otro lado, una fuerte caída del mercado probablemente llamaría su atención y empujaría a ambas partes a encontrar una solución.
La cuestión del momento oportuno
El Departamento del Tesoro ha empezado a tomar medidas para seguir atendiendo sus obligaciones de pago sin necesidad de empréstitos adicionales. Históricamente, estas “medidas extraordinarias” han consistido en echar mano de saldos de caja disponibles y en preservar la liquidez decretando pausa en ciertos programas.
El pago a los bonistas probablemente tendría prioridad durante todo este periodo de incertidumbre. Dependiendo del tiempo que tarde el Congreso en solventar el impasse del techo de deuda, el cumplimiento de estas obligaciones podría hacerse a expensas de recortar las ayudas directas a hogares necesitados — algo que, políticamente, sería tremendamente impopular.
La Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó que el Tesoro podría quedarse sin liquidez ya en junio, aunque esta fecha es un objetivo móvil que depende del calendario y la recaudación fiscal, entre otros factores.
Posibles consecuencias para los inversores
La volatilidad de los mercados bursátiles y de renta fija podría dispararse conforme el Tesoro estadounidense se quede sin dinero para pagar sus obligaciones. Y la confianza de los inversores podría sufrir un fuerte varapalo si el punto álgido de los temores en torno al techo de deuda coincide con un marcado deterioro de los datos económicos.
En el peor de los casos, la crisis provocaría una rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos o el impago de la deuda pública. Al basarse los precios de tantísimos activos en los UST, las turbulencias resultantes llegarían a todos los mercados del mundo.
Factores de los que estaré pendiente partir de ahora
Como analista de las políticas públicas, seguiré muy de cerca cualquier actualización por el Departamento del Tesoro sobre la duración del margen de maniobra proporcionado por sus medidas extraordinarias y cómo se perfilan las posibles soluciones al impasse en que se encuentra el techo de la deuda.
Los Republicanos, por ejemplo, podrían promover una medida provisional que evite un impago a corto plazo, pero que supedite su aprobación del aumento del techo de deuda al proceso anual de financiación del Gobierno federal. En este escenario, a los Republicanos les resultaría más fácil negociar recortes de gasto a cambio de una solución a largo plazo sobre el techo de deuda. Naturalmente, es probable que los Demócratas se opongan a esta solución.
Dadas las graves consecuencias de una falta de acuerdo, el Congreso debería hallar una forma de ampliar el techo de deuda. Pero esta tarea no será precisamente fácil.
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