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Abril 2022 / MULTI-ASSET STRATEGY

Tres antecendentes que apuntan a una recesión en EE. UU.

No obstante, la historia sugiere que podría no ser inminente

Puntos clave

  • Tres importantes indicadores nos dicen que probablemente se avecine una recesión en EE.UU; sin embargo, la historia sugiere que todavía puede quedar un tiempo para que llegue.
  • Los inversores deberían plantearse posicionar sus carteras para un entorno más volátil y ajustarlas dinámicamente a medida que cambian las condiciones.
  • También podría ser aconsejable prepararse para una futura recesión, que podría ser distinta de las anteriores, al tiempo que examinan formas creativas de mitigar el riesgo de pérdida.

Cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría. Este viejo dicho capta el riesgo de que una recesión de EE. UU salpique a los mercados financieros internacionales. Una recesión en el país más grande del mundo, que casualmente también alberga los mayores mercados de renta variable y renta fija del planeta, afectará a los inversores allá donde se encuentren.

Los principales bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense, en vista de la alta inflación más persistente que observan, han empezado a endurecer la política monetaria. Dado que esto sucede mientras se libra una importante guerra en Europa, los inversores cada vez están más preocupados por una posible recesión. Para determinar si este temor está o no justificado, hemos examinado tres medidas que, en el pasado, han sido precursores fiables de recesiones en Estados Unidos: una escalada del precio del petróleo, la decisión de la Fed de subir su tipo oficial y la inversión de la curva de tipos del Tesoro. Veamos cada una de ellas por separado.

Tres precursores clásicos de recesión estadounidense

Todos resultan evidentes en la actualidad 

Tres precursores clásicos de recesión estadounidense

Con fines meramente ilustrativos. 

1. Escalada del precio del petróleo

Casi todas las recesiones de EE. UU surgidas desde mediados de la década 1970 han venido precedidas por un brusco aumento de los precios del petróleo. Hoy en día, aunque la economía mundial depende menos del petróleo y emplea los combustibles fósiles de manera más eficiente, el precio del petróleo sigue siendo transcendental para las empresas y los particulares porque afecta a los precios de muchas otras áreas, como las manufacturas, los bienes de consumo, el transporte, las facturas de electricidad de los hogares y la gasolina del coche (por nombrar unas pocas). Un encarecimiento de esta materia prima deja a los consumidores con menos ingresos discrecionales y también puede dar lugar a presiones inflacionistas y un endurecimiento de la política monetaria, lo cual podría traducirse en una ralentización económica.

Por último, la escalada de los precios del petróleo influye en las expectativas de otros ámbitos, tanto de la inflación como de las condiciones económicas. Buena parte de lo que ocurre en la economía depende de lo que la gente espera que suceda.

Cinco de las seis recesiones sufridas por Estados Unidos desde 1976 han venido precedidas por una fuerte subida del precio del petróleo...

- Yoram Lustig, responsable de Soluciones Multiactivos de EMEA

Cinco de las seis recesiones sufridas por Estados Unidos desde 1976 han venido precedidas por una fuerte subida del precio del petróleo, ignorando los repuntes ocurridos una vez iniciada la recesión (Figura 1). De hecho, ha habido relativamente pocos aumentos bruscos del precio del petróleo que no hayan ocasionado una recesión pocos años después. Al reanudarse la actividad económica mundial después de la pandemia por coronavirus, el precio del petróleo comenzó a subir en octubre de 2020 y volvió a dispararse cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022.

Los repuntes del precio del petróleo han sido un predictor fiable de recesiones estadounidenses

(Fig. 1) Cinco de las seis últimas recesiones han venido precedidas por una escalada de precios 

Los repuntes del precio del petróleo han sido un predictor fiable de recesiones estadounidenses

A 31 de marzo de 2022. 

La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de rendimiento futuro. 

Fuentes: Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER), Administración de Información Energética / Chicago Mercantile Exchange/Haver Analytics, Reserva Federal, Consejo de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal (EE. UU), análisis elaborado por T. Rowe Price. Variación porcentual del precio del petróleo al contado del barril West Texas Intermediate (WTI) en seis meses sucesivos, expresado en dólares estadounidenses. Las zonas sombreadas representan recesiones de EE.UU, fechadas por NBER. Desde junio de 1976 hasta marzo de 2022. Véase el Apéndice: "Metodología y datos" para obtener información adicional sobre el análisis. 

2. Aumenta el tipo de los fondos Fed

Las expansiones económicas no mueren de viejas: las mata la Fed. Cuando la Fed endurece la política monetaria, su objetivo es ralentizar el crecimiento económico para frenar la inflación, pero no hasta el punto de arrastrar a la economía a una recesión. Lo que pretende es orquestar un aterrizaje suave —una desaceleración gradual de la actividad económica que ayude a frenar la escalada de precios al tiempo que mantiene boyante el mercado laboral y la expansión económica.

En realidad, es difícil lograr un aterrizaje suave, sobre todo porque la política de la Fed es solo uno de los muchos factores que afectan a la economía del país. Por ejemplo, para que desaparezca el actual brote de inflación, deben aliviarse primero los cuellos de botella del suministro que surgieron tras el pico de la pandemia. Para conseguirlo, es necesario que la Fed sea eficiente y tenga suerte.

Desde 1976, la Fed solo ha conseguido dos veces subir los tipos sin llevar a la economía estadounidense a una recesión...

- Michael Walsh, estratega de Soluciones Multiactivos de EMEA

Desde 1976, solo ha logrado subir los tipos dos veces sin llevar a la economía a una recesión en los dos años posteriores: 1983 y 1994 (Figura 2). Solo el tiempo dirá si el último ciclo de subidas de tipos de la Fed logrará combatir la inflación sin entrar en recesión —o si se precisará una recesión para acabar con la inflación.

Las subidas del tipo de los fondos Fed normalmente han derivado en una recesión.

(Fig. 2) Seis de las últimas ocho subidas de tipos han seguido este patrón 

Las subidas del tipo de los fondos Fed normalmente han derivado en una recesión

A 31 de marzo de 2022. 

La rentabilidad pasada no es un indicador fiable del rendimiento futuro. 

Fuentes: Reserva Federal, Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER), análisis de T. Rowe Price. Tipo objetivo de los fondos federales: límite superior. Las zonas sombreadas representan recesiones de EE.UU, fechadas por NBER. Desde junio de 1976 hasta marzo de 2022. Véase el Apéndice: Metodología y datos, para obtener información adicional sobre el análisis. 

3. Se invierte la pendiente de la curva de tipos

La pendiente de la curva de tipos (rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años menos el rendimiento a dos años) ha sido el precursor clásico de una recesión en EE. UU). El tramo corto de la curva refleja las expectativas del mercado sobre los tipos de interés oficiales a corto plazo durante los próximos dos años, mientras que el tramo largo refleja principalmente las expectativas del mercado sobre la inflación y el crecimiento económico durante los próximos 10 años. A medida que la Fed sube los tipos a corto plazo, la curva tiende a aplanarse, ya que los rendimientos a dos años aumentan más rápido que los correspondientes a diez años. El endurecimiento de la política de la Fed normalmente reduce la inflación y las expectativas de crecimiento a medio plazo, lo que atenúa los desplazamientos del rendimiento a 10 años. Con el tiempo, la curva se invierte cuando su pendiente se vuelve negativa: el rendimiento a dos años aumenta por encima del correspondiente a 10 años.

Una curva de tipos invertida es un precursor clásico de una recesión

(Fig. 3) Las curvas invertidas han precedido todas las recesiones sufridas por EE. UU desde 1976 

Una curva de tipos invertida es un precursor clásico de una recesión

A 31 de marzo de 2022. 

La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de rendimiento futuro. 

Fuentes: Consejo de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal (EE. UU), Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER), análisis de T. Rowe Price. La pendiente de la curva de tipos se obtiene restando el rendimiento del Tesoro a 10 años menos el rendimiento a 2 años. Las zonas sombreadas representan recesiones de EE.UU, fechadas por NBER. Desde junio de 1976 hasta marzo de 2022. Véase el Apéndice: Metodología y datos para obtener información adicional sobre el análisis. 

Esta pendiente de la curva de tipos no solo refleja las expectativas del mercado, sino que también puede contribuir a causar una recesión. Los bancos se benefician de financiarse con préstamos a corto plazo y prestar fondos a largo plazo. Cuanto más plana sea la curva, menores serán los beneficios que pueden obtener los bancos de su actividad de préstamo y menor volumen de créditos existirá en la economía. El discreto crecimiento del crédito podría ser un factor que contribuya a una recesión.

La pendiente de la curva de tipos (rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años menos el rendimiento a dos años) ha sido el precursor clásico de una recesión..

- Niklas Jeschke, analista de Soluciones Multiactivos de EMEA

Cuando se trata de predecir recesiones, una curva de tipos invertida nos dice más que un aplanamiento de la curva: Aparte de los demás factores que se producen durante las recesiones, cada una de las seis recesiones producidas desde 1976 vino precedida por una inversión de la curva. La curva de tipos volvió a invertirse en marzo de este año, aunque su tramo largo ya mostraba una tendencia bajista debido a una política monetaria poco convencional. También conviene observar que otro precursor clásico de recesiones estadounidenses, el rendimiento del Tesoro a 10 años menos el rendimiento a tres meses, se está desplazando con pendiente positiva, lo que anuncia la ausencia de recesión en el horizonte. 

Prepararse para una recesión de EE. UU, cuando quiera que llegue 

El ciclo económico atraviesa periodos de bonanza y declive. Las recesiones forman parte del ciclo, ya que producen agobios económicos pero también una destrucción constructiva. A tenor de nuestros indicadores principales —el precio del petróleo, la política de la Fed y la pendiente de la curva de tipos —cada vez parece más probable que veamos una recesión en EE. UU. Sin embargo, la historia muestra que estos indicios normalmente han precedido a una recesión al cabo de dos años, de media.

Mientras llega, los inversores deberían pensar en mantener la diversificación al tiempo que posicionan sus carteras para afrontar un entorno económico más volátil. A medida que el ciclo económico entra en fase decreciente, las ganancias derivadas de activos sensibles a la coyuntura se vuelven más dispares; en este contexto, los inversores podrían tratar de consolidar los beneficios logrados al tiempo que se ciñen a su cartera reglamentaria. Los mercados suelen descontar el riesgo de una recesión antes de que ocurra, por lo que podrían volverse más turbulentos. La diversificación, tanto geográfica como en distintas clases de activos, podría ayudar a mitigar esa volatilidad.  

...creemos que los inversores deberían plantearse reposicionar sus carteras para una futura recesión, que podría ser distinta de las anteriores...

- Eva Wu, analista de Soluciones Multiactivos de EMEA

Los inversores deberían estar muy pendientes de los acontecimientos al tiempo que ajustan dinámicamente sus carteras a medida que cambian las condiciones. Recientemente el mundo ha sufrido varios cambios de régimen drásticos: desde una desaceleración del crecimiento hasta una pandemia; desde casi una deflación a una inflación; y desde unos tipos de interés oficiales casi cero a un ciclo de endurecimiento. En este entorno tan cambiante, el éxito pasa por ser ágiles y tener la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios.

Por último, creemos que los inversores deberían plantearse reposicionar sus carteras de cara a una futura recesión, que podría ser distinta de las anteriores, al tiempo que examinan formas creativas de mitigar el riesgo de pérdida. Si la inflación persiste y los rendimientos del Tesoro siguen tendiendo al alza, la deuda pública podría no cumplir su tradicional función de diversificación del riesgo derivado de la renta variable. Existen otros enfoques, como las estrategias conservadoras activas o una mayor gama de activos “refugio”, que podrían desempeñar un papel defensivo en las carteras.

Apéndice: Metodología y datos 

En nuestro estudio, examinamos los datos mensuales desde junio de 1976 hasta marzo de 2022.

Definimos una escalada del precio del petróleo como un aumento superior al 40% del precio al contado del barril West Texas Intermediate (WTI) en relación con su precio hace seis meses. Omitimos las subidas del precio que surgen durante recesiones. 

Durante los ciclos de endurecimiento y relajación monetaria de la Fed, tomamos la tendencia general que experimentan las subidas y recortes de tipos de los fondos Fed y es posible que ignoremos algunos recortes o subidas de tipos de interés que discurren en dirección opuesta a la tendencia.

Definimos la pendiente de la curva de tipos del Tesoro estadounidense como el rendimiento a 10 años menos el rendimiento a dos años. La curva se define como invertida cuando su pendiente se vuelve negativa en un solo mes o en el primer mes de una serie de meses.  

El organismo encargado de fechar y definir las recesiones es la Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER).

Tabla 1: Datos clave

Tabla 1: Datos clave

A 31 de marzo de 2022. 

*Este periodo es único porque la principal causa de la recesión fue la pandemia por COVID. 

La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de rendimiento futuro. 

Fuentes: Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER), Administración de Información Energética / Chicago Mercantile Exchange/Haver Analytics, Reserva Federal, Consejo de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal (EE. UU), análisis elaborado por T. Rowe Price. Desde junio de 1976 hasta marzo de 2022. 

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