Julio 2021 / INVESTMENT INSIGHTS
En qué manera la ASG está impactando en los mandatos de los bancos centrales
Cómo se está avanzando en la integración de las cuestiones sociales y ambientales
Puntos clave
- Los objetivos de los bancos centrales de los mercados desarrollados están expandiéndose más allá de sus metas tradicionales del crecimiento y la inflación.
- En el futuro, los bancos centrales podrían reorientar los programas de préstamo y compra de bonos hacia empresas más ecológicas.
- A nuestro juicio, la incorporación de los factores ASG a las actividades de los bancos centrales, aunque oportuna, podría generar una mayor incertidumbre en torno a los objetivos de inflación y las valoraciones de los bonos.
Reconstruir de forma más ecológica, justa y sostenible no es solo el objetivo de gobiernos y empresas —los bancos centrales también han empezado a incorporar a sus políticas cuestiones como la igualdad en el empleo y el cambio climático. Lo que cabe esperar de estos acontecimientos, y sus implicaciones para los mercados de renta fija y la política monetaria, fueron los principales temas de debate en nuestras últimas reuniones de política de inversión.
Los bancos centrales avanzan hacia una política más flexible
Los bancos centrales están expandiendo sus políticas más allá de los objetivos tradicionales de la inflación y el crecimiento. El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra se han comprometido a tener más presentes los riesgos del cambio climático en su toma de decisiones, y los bancos centrales de algunos otros mercados desarrollados han incorporado consideraciones sociales a sus marcos de política monetaria. Por ejemplo, la Reserva Federal se centra en un “objetivo amplio e inclusivo” de pleno empleo, lo que significa que a la hora de decidir la política se evaluará la tasa de desempleo de los distintos sectores de la población, en lugar de solo la tasa global agregada.
“Esperamos que la política monetaria se vuelva más flexible conforme evolucionen los objetivos de los bancos centrales de los mercados desarrollados para incluir cuestiones específicas como la igualdad en el empleo y el cambio climático”, señaló Quentin Fitzsimmons, gestor de cartera y miembro del equipo de inversión en renta fija. Es probable que en el futuro resulte más difícil predecir las acciones de los bancos centrales, ya que ahora se tendrá que tener en cuenta más factores y datos, añadió Fitzsimmons.
Es probable que haya más incertidumbre en torno a la inflación. “Reconocemos que existe el riesgo potencial de que, en este nuevo marco, los bancos centrales no reaccionen con la suficiente rapidez a señales de que las presiones sobre los precios están aumentando”, advirtió Fitzsimmons. Por ejemplo, un banco central podría ignorar el repunte de la inflación si el desempleo sigue siendo elevado en un grupo social concreto, apuntó Fitzsimmons.
Se prevé más volatilidad de los tipos de interés
Estos riesgos se suman a un panorama ya complicado en torno a la inflación. “El debate sobre si el actual repunte de los precios es transitorio o estructural sigue siendo muy intenso”, dijo Fitzsimmons. Añadió que si bien la inflación puede haber alcanzado un pico, podría ser más persistente y no bajar con tanta rapidez desde las elevadas tasas actuales como prevén los mercados. Fitzsimmons avanzó que esto podría hacer que las pendientes de las curvas de los títulos de deuda pública (TDP) de los países desarrollados volvieran a ser más pronunciadas, aunque lo veia poco probable hasta que remita la preocupación en torno a la variante delta del coronavirus.
Así pues, en general, el entorno sigue siendo de alta incertidumbre. “Si bien de momento la variante delta continuará acaparando la atención en los mercados de bonos, hay riesgos de inflación en un segundo plano. Riesgos que están viéndose magnificados por la incertidumbre en cuanto a las futuras acciones de los bancos centrales dada la falta de claridad sobre cómo incorporarán a su política cuestiones como la igualdad en el empleo y el cambio climático”, afirmó Fitzsimmons.
Todo esto sugiere que es probable que haya una mayor volatilidad en los mercados de renta fija, una tendencia que ya estamos viendo en los bonos del Estado a 30 años de ciertos países, entre ellos, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos. En este contexto, creemos que la gestión activa de la duración será imperativa en el futuro, ya que probablemente se necesitará una mayor flexibilidad en un entorno de mayor incertidumbre en la política monetaria.
Posibles cambios en los programas de compra de bonos
Para ayudar a cumplir objetivos como la lucha contra el cambio climático, los bancos centrales podrían introducir cambios en sus programas de compra de bonos. En la actualidad, se suelen comprar bonos de todos los sectores que contribuyen a la economía. En el futuro, no obstante, los bancos centrales podrían decidir dar preferencia a los bonos de empresas que cumplan determinados criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Esto significaría que algunas empresas, como las que operan en sectores muy contaminantes, podrían quedar excluidos de las compras.
“Existe el riesgo de que se desarrolle un mercado de bonos corporativos de dos niveles si los bancos centrales empiezan a aplicar una mayor diferenciación” apuntó Fitzsimmons. “De hecho, la liquidez de las empresas fuera de la lista de compras preferentes podría deteriorarse, lo que podría incrementar la prima de crédito que se les exige al solicitar un préstamo y perpetuar aún más el problema”
En clave positiva, es probable que los bancos centrales desempeñen un papel activo en la evolución hacia una economía respetuosa con el medio ambiente. La perspectiva de que los programas de bonos y préstamos se modifiquen para alinearse con los objetivos del cambio climático es probable que influya en las empresas para que hagan cambios, ya que ello facilitaría su acceso a la financiación. Estos acontecimientos subrayan la importancia de contar con un enfoque de integración de los factores ASG, por cuanto ayudaría a identificar en una fase temprana las empresas y los sectores que están haciendo cambios positivos. Asimismo, es probable que tenga una gran influencia en cómo calcular las valoraciones cuando se examinen las nuevas emisiones de bonos que se lanzan al mercado primario.
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